No me sorprende en absoluto. Dice el refrán castellano que no hay peor cuña que la de la propia madera. Y aplicado a la política, no hay peor fascista que el que no deja de presumir de demócrata. Este Tomás Gómez se le ve un fiel admirador de Hitler, pero en plan chusquero, de Parla. Viéndose con apoyo, se subió a las barbas del mismísimo ZP y alcanzó el título de aspirante a pelearse (electoralmente) con Aguirre.
Más allá del leñazo que se dará (apuesto a mayoría absoluta histórica de Esperanza), sí hay un par de apuntes interesantes a comentar: 1: todos los que no estuvieron a su lado, como buen fascista, serán degollados. 2: una vez que sea vapuleado en las urnas, como buena víctima de las ratas hambrientas, será despedazado por sus propios compañeros de partido, con lo que deberá volver a su pueblo.
Es lo que tienen estos sociatas. Se les llena la boca con la palabra facha, y luego en cuanto tienen la menor oportunidad de aplicar el rodillo del poder, son los seres más crueles y despiadados que existen. No entienden de lealtad, amistad ni dignidad. Sólo entienden de carroña.