Tiene narices que los que hasta hace un par de años (por los éxitos de la selección española de fútbol) tachaban de fachas a todos aquellos que enseñaban una bandera española, ahora van de amantes del orgullo patrio y se enfadan cuando la gente abuchea a los miembros (y miembras, señora ministra) del Gobierno presentes en el desfile del Ejército.
Y encima hablan de movilización, por parte de la oposición, de gente sin escrúpulos para agitar el evento, y de falta de respeto hacia los muertos homenajeados, y de no se qué más basura. Y lo dicen encima los del PASALO, los que se dieron (y nos dieron) un baño de sangre, lágrimas y vísceras en la víspera del 14M, los que subsidian grupos marginales de vagos profesionales (titiriteros) para que les hagan el caldo gordo cuando se acercan elecciones.
Pero bueno, ¿qué se han pensado éstos? Y encima, ofendidos ellos, se plantean modificar el protocolo del desfile para ahogar el clamor de la sociedad española!
El caso es que imagino que escuece que sea donde sea que algún dirigente socialista asome las fauces, un abucheo, bien ganado, le retumbe en la cabeza. Lo siento por ellos, pero cada uno ha de apechugar con sus actos. De aquí a que el PSOE salga a gorrazos de la Moncloa, muchos abucheos (en el mejor de los casos) se tendrán que tragar. ¿O acaso es que sólo Aznar se merecía que le vapuleasen?
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