Que en España sobran al menos 2 millones de funcionarios, que a los restantes habría que rebajarles el sueldo un 20% o un 30% así como eliminarles el privilegio de no poder ser despedidos, y que la pensión de jubilación ha de ser calculada a partir de la capitalización de los trabajadores durante toda su vida laboral, son verdades impepinables que, todo lo que sea esquivarlas, es dar una patada hacia adelante en la búsqueda de mantener el culo en la poltrona presidencial.
Nuestro amado ZP representa el paradigma de la cobardía. No tiene el valor de acometer estas impopulares medidas, y lo grave es que cuanto más se deje pasar el tiempo, más se infectará la herida, y quizá llegue el día que a los más de 3 millones de funcionarios no se les pueda pagar o que la caja de las pensiones se vacíe y tengamos un problema serio.
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